La morocha apodada “Chizo” se quedó con algo más del 55 por ciento de los votos del público. Y la tercera nominada, Luz, apenas superó el 10 por ciento.
Cristian U., que se había autonominado por enésima vez, zafó en el voto telefónico, pero sumó un poco más del 35 por ciento de los votos. Nunca hasta ahora había sacado una cifra tan alta.
Para colmo, su estrategia de juego parece haberlo aislado, salvo algunas excepciones puntuales, del resto de los “hermanitos”. La gota que esta semana rebasó el vaso fue el rumor –echado a correr por él mismo- de que no iba a autonominarse, como finalmente ocurrió. Y la contrainteligencia no estaría bien vista entre sus compañeros de encierro…
Hasta tal punto generó rechazo esta semana –no del público, está claro- que la eliminada Gisele le dedicó un duro párrafo en su discurso final antes de la salida. Primero le espetó con cierta sorna que su juego era “perfecto”, y después le dijo cara a cara que no podía creer que una persona así estuviera todavía en concurso. Muy duro.
A la salida de Gisele, el hemiciclo de participantes que la despidió mostró algo más de tristeza que lo habitual. Y hubo una larga serie de consuelos, como si se tratara de una suerte de viudo, para Jonatan, el participante con el que la morocha había tenido más escarceos amorosos.
Prácticamente solo, aunque todavía con un (menguado) favor del público, Cristian U. deberá afrontar una semana complicada. Quedan 14 participantes y las dos últimas incorporaciones (Jonatan K y Constanza) jugarán desde ahora en igualdad de condiciones. Se vienen más duelos picantes en la casa.
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